Construyendo un sistema económico más humano.
La crisis de la depresión económica de 1929 en los Estados Unidos,
la hambruna creada por Rusia sobre Ucrania, la depresión Alemana y la crisis
mundial permiten afirmar que debemos mirar en los principios bíblicos para
construir un sistema más humano y como la Biblia nos inspira a mirar “misericordioso”.
La crueldad del sistema Capitalista con el que está en desgracias,
no se corresponde con el modelo bíblico. El sistema Capitalista clásico está
asociado al individualismo y egoísmo de las personas, en donde no es de mi
incumbencia la desgracia de mi vecino. Pero el Sistema socialista es aún más
degradando y destructor. Porque en la práctica la Nueva clase Política se
encarga de arruinar a los empresarios, desposeer a los granjeros de sus tierras
productivas y crea un sistema esclavista que trae mayores desgracias y
sufrimiento a la población. Mientras la clase política es la nueva Burguesía
clientelar parasitaria y encargada de generar empresas importadoras, con tal de
mantener el control social sobre la población.
El modelo Bíblico está basado en una economía familiar. La familia
debe ser base social y económica, que debe ser protegida, inspirada. No el modelo socialista
de comunas, o propiedad colectiva que convierte a las familias en esclavos y
mendigos del sistema socialista.
Tanto el sistema Capitalista como el socialista desarrollan acumuladores
de la riqueza. En ambos sistema un pequeño porcentaje de la población se hace
del disfrute y goce de Los bienes de la nación. Ambos crean sus mecanismo para
desposeer a la población y lograr la acumulación de bienes.
Pero Dios construyó un sistema basado en la protección económica de
las familias y el auxilio temporal a las familias que entran en desgracias. A diferencia del socialismo que crea, no parásitos, sino esclavos, que no reciben
lo digno y suficiente por su trabajo, sino las migajas que el sistema tiránico
les permite recibir. Tanto en el Sistema Cubano, como soviético, aún chino, las
personas deben trabajar largas jornadas para recibir algo que no les alcanza ni
para vivir, ni sustentarse.
El sistema socialista crea, como el sistema nacionalista, "esbirros",
gente cruel de la misma sociedad y con las mismas carencias, pero que le
asignan un punto de control, que le permite obtener algunas migajas superiores
al resto de la sociedad. Lo hacen por sobrevivencia. Pero su acción en lugar de
traer liberación del pueblo, contribuye al mantenimiento del sistema socialista
esclavista.
Dios por su parte diseño un sistema para salvaguardar a las familias.
A través del sistema del Jubileo. Que obligaba cada 49 años, a devolver la
propiedad comprada a sus legítimos poseedores familiares. Por lo tanto, las
reglas de juego eran claras y quién compraba un bien sabía que no era a
perpetuidad. Sin embargo, en otro artículo (propiedad privada vs propiedad
colectiva) ya presente que si existía modalidades de propiedad privada en la
sociedad diseñada por Dios.
Otro elemento principal es evitar el uso de la usura en los
préstamos. Los grandes banqueros se han convertido, en ambos sistemas (Capitalistas
como Socialistas), en los grandes chupasangre de la sociedad. Usan el capital,
no para producir más riqueza para la población, sino en la mayor acumulación de
riquezas en unas pocas manos. Esto lo vemos aún en el Sistema Socialista
híbrido Chino. Dónde grandes grupos son los poseedores de las riquezas, y sus
trabajadores son simples peones. Porque el Sistema socialista aliena a la
familia y la fe genuina. No les importa la "fe religioso", porque de ella saca
los aliados religiosos para perpetuar su sistema. Pero los ministros que crean conciencia,
que tienen temor a Dios, que buscan ser genuinos ministros de justicia, le
quitan los velos de ignorancia a la población, los hace pensar y despertar a su
liberación. Por ejemplo
Dios por su parte diseño, y la sociedad judía lo sabe, el prestar
sin intereses. El préstamo tenía el carácter de auxilio social, para ayudar a
las personas y a sus familias, para recuperar su productividad. La ley de Dios,
establece en uno de sus principios que los pobres siempre existirán. Y
Jesucristo lo acepta y lo reafirma. De hecho crea leyes para que quien tiene voluntariamente alimente a quien está en desgracia. Por ejemplo, cuando se recogía la cosecha, lo que caía al piso era para los pobres. La Ley previó la atención a los grupos vulnerables de su época: huérfanos, viudas y extranjeros. Pero la pobreza es una condición
circunstancial que puede provenir por desgracias naturales, mala inversión, pereza,
intervención del mal (Como le pasó al Patriarca Job) o un juicio divino por
violación de sus leyes. Como la ruina empresarial que tuvo uno de los reyes al
hacer una alianza con los malignos.
A Diferencia del sistema socialista y capitalista, Dios diseño el
trabajo familiar como un medio de producción de la riqueza y del bienestar en
primer lugar de su familia, con la aplicación de la misericordia para los pobres,
o necesitados. Dios diseño y estableció el principio que quien no trabaja no
puede comer. Entonces los programas sociales no pueden ser instrumento de
convertir a la población en parásitos improductivos de la sociedad. Se hace
necesario que la intervención del Estado en los programas sociales contribuya y
sean diseñados como palancas de auxilio y formación emocional, personal,
familiar y empresarial que desarrollen emprendedores que satisfagan necesidades
reales de la población que le traiga riqueza, ahorro y productividad. Así como
el uso y disfrute de los bienes creados o desarrollados.
No es bueno el sistema socialista que crea la expropiación y hurto
de las propiedades de las familias. Aparentemente por razones de utilidad
nacional. Pero en realidad es un mecanismo de robo a quienes han producido para
pasarlo a las manos de los políticos empresarios del régimen. Igual sucedió en
el sistema nacionalista alemán. Dónde “Los dignatarios”, funcionarios
gubernamentales crearon los mecanismos legales para robar a las familias judías
su patrimonio familiar. En una sociedad justa, no se pueden crear mecanismos
legales de expropiación discrecional de los funcionarios de gobierno. Porque se
convierten en instrumentos de injusticia social. En caso de existir deberían
ser por fuerza mayor y con mecanismo de control federal, del sistema
legislativo nacional, estadal y municipal. Que intente paliar o evitar las
injusticias. Y no debería hacerse sino previa intervención de un juzgado con el
control legislativo y previa indemnización ajustada a derecho.
Dios no ha pretendido las sociedades igualitarias, sino justas, sin
acepciones de personas, misericordiosos, que se interesen sinceramente y amén a
su prójimo, a su vecino e inclusive enemigos. Dios espera que cada uno prospere
de acuerdo a su trabajo y esfuerzo. Incentiva a hacer o producir la riqueza.
Dios espera que las familias sean bendecidas al buscar a Dios, amarlo, obedecer
sus leyes. Mantenerse en la búsqueda de
la verdad en todo. Tanto personal, familiar, comunitario y nacional. Dios
espera una sociedad d6nde los empresarios no roben, tampoco que el juez acepten
cohechos o sobornos, sino que juzgue con integridad, sin avaricia, sin malicia.
Dios espera que el Estado tenga magistrados que juzguen y condenen
al que hace lo malo. No que encarcelen al inocente a sabiendas que se hace por
razones políticas, o económicas. Se necesita un Estado que no se apropie de
funciones que son propias de las familias y los empresarios. Es necesario
generar un sistema que no sea discrecional. Porque somos malos por naturaleza y
no todos las personas han abrazado hacer el bien, en lugar del mal. Por lo
tanto las leyes deben procurar la imparcialidad y automatización de los
mecanismos. Que no generen círculos de poder y control social. Que favorece las
injusticias, el clientelismo, la corrupción y la depravación de la sociedad.
El Estado no debe usurpar las funciones que son propias de las
familias. Por lo tanto, la función del
Estado es supervisar y controlar los desequilibrios hegemónico de alguien,
quienquiera que sea. Sea este un empresario sea este un funcionario
gubernamental que utiliza su poder para enriquecerse.
Es falso que las leyes de la demanda y La oferta controlarán el
mercado. Porque los monopolios, la cartelización de precios, entre muchos
mecanismos que son utilizados para "las ganancias injustas". Esto nos permiten afirmar que el Estado no puede ser
indiferente al ejercicio económico, pero tampoco debe ser su actor principal. Tenemos
el dilema entre la libertad de precios y el control de precio. El primero es
propio del sistema Capitalista y el segundo del sistema Socialista. Ambos
generan miseria y pobreza a los más necesitados. Por lo tanto, es función del
Estado velar porque se permita las mayores libertades individuales posible, dentro
del control de un Estado supervisor del bien común.
Ya existen propuestas diferentes al clásico socialismo y capitalismo
que procura el bien común en áreas claves como la educación, la salud y los
servicios comunes como agua, vialidad, entre muchos. Con un Estado que
incentiva la inversión de capital en medios de producción que generan riquezas
para todos. Porque facilita la creación de empleos productivos y bien
remunerados. Con el desarrollo internacional de las ventajas competitivas.
Vivimos en un mundo cada vez más intercomunicado. Lo que sucede en una nación
puede afectar a muchos o a todos. Por lo tanto, el respeto y el equilibrio del
derecho nacional con el internacional. Es fundamental.
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