Los Primeros Frutos
1.- La actitud correcta
frente a la justicia de Dios
Jesús nos las describe el Fariseo y el
Publicano. (Lucas 18: 9-14).
a.- La razón de la parábola es
para describir a las personas que se consideraban a sí mismo como justo delante
de Dios.
b.- Las personas que
menosprecian a otras personas y se consideran mejor que ellas y que merecen
mejor trato.
c.- Jesús rechaza a las
personas que están más pendientes de compararse
con otros hombres en lugar de
presentarse delante de Dios reconociendo su condición de pecadoras.
d.- Dios no se impresiona con
nuestras acciones u obras.
e.- El Publicano está
pendiente de sí mismo y reconoce su condición de pecador delante de Dios. No se justifica a si mismo y pide
misericordia.
f.- Esta historia nos demuestra
que lo importante es el Trono y el Tribunal de Dios, no el juicio que hacemos
los hombres de otros.
g.- No podemos obrar con
orgullo y arrogancia, porque no recibiremos la justificación por la Gracia que
Dios otorga a los que nos hemos arrepentidos y hemos puesto toda nuestra
confianza en el sacrificio de Cristo; y no en la justificación por medio de las
obras de uno.
h.- Se requiere un corazón
humillado delante de Dios, una persona quebrantada en su presencia para el
perdón de Dios.
2- No juzgues a los demás,
examínate a ti mismo. (Mat. 7:1-5).
a.- Jesucristo me manda a no
estar concentrado en la conducta de otro, sino a inspeccionar mi propia vida.
b.- Jesucristo me prohíbe
juzgar a otros, porque si lo hago recibiré la condenación de ser juzgado a su
vez.
c.- Las leyes de Dios son
justas: Si juzgo a otro yo seré juzgado conforme al patrón de medida que yo
juzgue a otro, Dios me juzgará a mí. Si
trato a otros sin misericordia, Dios hará lo mismo conmigo.
d.- No puedo ayudar a
restaurar a otros hermanos, si primero yo no he sido restaurado. Primero debo sacar la viga de mi ojo. Es decir, mi esfuerzo debe estar concentrado
en la autoevaluación, en mi introspección, en el conocimiento de sí mismo, en
la determinación de los factores que debo corregir, mejorar, dejar,
abandonar.
e.- En este caso, Jesús utiliza
una hipérbole para que podamos recibir la enseñanza del contraste entre la viga
y la paja. Cuando hacemos la comparación correcta, cuando abrimos los ojos mejor
para vernos a sí mismo primero, podremos ayudarnos a sí mismos, en vez de
primero ayudar a otros.
f.- Una vez
restaurados y sanados, una vez que hemos sacado la viga de nuestro ojo,
podremos sacar la paja del ojo de otra persona.
Es decir, podremos ayudar a otros a ver los aspectos que deben ser
mejorados por ellas, lo que deben dejar o sacar de su vida para ver mejor las
cosas.
g.- Hay que rociar colirio en los
ojos de las personas para quitarles su ceguera espiritual. Primero encuentro mis fallas, errores y
pecados, antes que ir a buscar, juzgar a otras personas.
3.- Principio de dar y
recibir.
“Den y recibirán. Lo que
den a otros le sea devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya
lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad
que recibirán a cambio”. (Lucas 6: 38 NTV).
Esto es un principio de
retribución divina que nos enseña que el Señor bendice a los generosos: No se trata de recibir más; se trata de dar
con gozo y generosidad, y esto activa la ley: doy entonces recibo. ¿Qué y cuánto estás dando? ¿Dónde estás
sembrando? ¿Es buena tierra esa persona para sembrar en ella?
Dios dice que todo lo que yo de se me
devolverá completo. Lo que dé. Si doy odio, mezquindad, indiferencia hacia
los demás, egoísmo, eso mismo se me devolverá.
Si siembro amor, misericordia, bondad, interesarme sinceramente por
otras personas, eso mismo se me devolverá multiplicado.
Este principio se aplica a
toda la vida: relaciones con tu familia, laboral, eclesiástica. También incluye lo que hagas con el dinero.
4.- Dios espera que me
convierta en un buen árbol (Luc. 6.43-45).
a.- Cuando te conviertes a
Cristo, tu corazón cambia en celebración, tu vida comienza a dar frutos.
b.- Si tu vida es un árbol que
está dando malos frutos, entonces tu necesitas arrepentirte de tus pecados y
convertirte a Cristo. Un árbol da fruto
de acuerdo a su semilla, de acuerdo a su género y a su naturaleza, de acuerdo a
su ADN. Un buen árbol, produce buenos
frutos. Evalúate, ¿Estás dando buenos
frutos? Jesús dijo: “Ningún árbol bueno produce frutos malos, y ningún árbol
malo produce frutos buenos”. ¿Entonces
cómo debo evaluar a una persona? Por sus frutos, porque “la gente buena siempre
hace el bien… Las palabras que salen de tu boca muestran lo que hay en tu
corazón” (Luc. 6: 45; TLA).
c.- El carácter del fruto, es
la evidencia de quien es.
Pablo habla
del fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad y bondad; fe,
mansedumbre y templanza o dominio propio.
d.- Un cristiano da fruto de justicia, hace las cosas correctas conforme a
la voluntad y pensamiento de Dios y no de los hombres (Fil. 1:11). El fruto de justicia es sembrado por los que
hacen y piensan en la paz. (Stg.3.18).
El fruto de los que están en la Luz (que es Cristo) viven de acuerdo a
la bondad, la justicia y la verdad. No
mienten para lograr sus objetivos, no hacen la guerra para ganar y conquistar
lo que quieren. Son pacíficos, amables,
gente de paz que es capaz de negociar.
Astutos como serpientes, mansos como palomas.
5.- Cómo dar buenos frutos.
(Sal1: 1-3).
a.- Primero tienes que venir a
la Fuente de Agua Viva que es Cristo Jesús, arrepentirte de tus pecados,
confesarlos, decidirte apartarte de ellos con la ayuda de Dios. Porque todo el que viene a Jesús es como un
árbol plantado junto a las corrientes de las Aguas, que echar raíces.
b.- Dios te planta en esta congregación para que
puedas echar raíces. Dios no promueve
personas nómadas, sin compromiso, que piensan que deben ir por la vida sin
asumir responsabilizarse con una comunidad de fe. Dios te hace nacer de nuevo, te dota de dones
para que salga de tu egoismo, y comiences a pensar también en otros.
c.- Es necesario que dejes tus
malas compañías. “No sigue el consejo de
los malvados” (BAD), “ no siguen los malos consejos ni andan en malas
compañías”, (TLA), en el camino de ellos.
No anda con burladores. No hace
causa común con ellos, no habita con ellos, no permanece a su lado.
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